La inteligencia artificial ha impuesto como reto la apropiación de sus capacidades y evaluación de riesgos en todos los ámbitos de la actividad humana. Las relaciones internacionales y en particular, los espacios públicos tradicionales de la diplomacia pública no son una excepción. Diagnosticar el impacto y esbozar las posibilidades generadas en este sector, fue la tarea de un importante panel de expertos invitados el 14 de junio de este año por la U.S. Advisory Commission on Public Diplomacy.
La interacción de la incorporación de herramientas digitales en el campo de las relaciones internacionales ya ha allanado aspectos como la organización y unificación de archivos de legislación y regulación internacional a través de tecnologías de Block Chain y/o Deep Learning, que mejoran de manera exponencial la capacidad de respuesta de todos los actores internacionales.
La actividad consular de los Estados también se ha visto favorecida con la incorporación de tecnologías que apoyan la virtualización de muchas gestiones, demostrando que la existencia de los llamados Consulados Virtuales (inaugurados con muy buen pie por Bahamas), son el futuro de la descongestión de estos espacios y la oportunidad de optimizar sus capacidades.
Estados completos han sido creados en espacios virtuales, generando nuevos espacios de ciudadanía y nuevos horizontes frente a la inminente desaparición de territorios enteros por razones geográficas como en el caso de Tuvalu. La tecnología de juegos, gaming, y el llamado metaverso han sido aliados de estas nuevas formas de interacción entre ciudadanos globales, generando hondas reflexiones en torno a los limites de la soberanía espacial de los Estados.
Pero sin duda el campo de mayor desarrollo e impacto es aquel vinculado a la gestión de negociación y consolidación de influencia internacional, el cual ha sido ya beneficiado por aquellos Estados que han sabido aprovechar las capacidades que da el conocimiento en tiempo real de la información.
Los pioneros tecnológicos llevan ventaja en cuanto a la codificación de esa información, el manejo del sustrato emocional que subyace en ella, y las ventajas de la creación de realidades alternativas que otorga el desarrollo de la inteligencia artificial. IBM ya ha marcado pauta con el desarrollo de tecnologia de apoyo para negociaciones y toma de decisiones con el conocido Project Debater. Meta ha avanzado con su app Cicero, y en el campo emocional y de la neurociencia, IMotion, marca la pauta.
Las conclusiones del encuentro del 14 de junio son optimistas en cuanto al manejo de riesgos asociados a la IA. Los expertos Alexander Hunt, Jessica Brand e Ilan Manor, apuntan a que la tenencia de data en terrenos informativos y su análisis, será sin duda el campo de mayor pugna en el futuro de los gobiernos y agentes internacionales.
La capacidad de entender de qué modo pueden mejorar la capacidad y el destino más eficiente de su imagen internacional, su intención de actuación y la influencia de sus mensajes, permite imaginar un universo en donde las capacidades de ampliación e influencia en el escenario internacional van a estar al servicio de quienes tengan mayor capacidad para imaginar escenarios de la mano de estas herramientas.
La inteligencia artificial, no sustituye las capacidades de pensamiento, interacción y creación de narrativa de los seres humanos, pero es capaz de amplificarlas y ponerlas a prueba de manera que se minimicen los errores. La influencia internacional de un actor encuentra posibilidades infinitas con el apoyo de las nuevas tecnologías revelando un panorama nuevo para los analistas tradicionales.
Las posibilidades son infinitas, y el reto frente al cambio requiere capacidades de adaptación. La atención puesta en el desarrollo del diseño de nuestro perfil de necesidades y respuestas al futuro son la respuesta que determinará quienes serán los ganadores y perdedores en este nuevo escenario internacional, y nosotros ¿nos estamos preparando para enfrentar este reto?.
Kommentare